Este post está dedicado a una de nuestras orquídeas silvestres que consideramos más especiales, la Habenaria tridactylites, comúnmente conocida como la «orquídea de tres dedos».

Se trata de una orquídea endémica de las Islas Canarias y es la única representante del genero habenaria en Europa. Es una auténtica reliquia de la flora atlántica antigua, que probablemente estaba asociada a la laurisilva, un ecosistema bello y frágil del que solo quedan fragmentos.

La Habenaria tridactylites se distribuye por todas las islas canarias a excepción de Fuerteventura, donde su presencia es dudosa. Se trata de una planta que puede llegar a ser bastante común y extendida dentro de su distribución geográfica, siendo más rara en la isla de Lanzarote.

Puede crecer a plena luz o a media sombra, en terrenos débilmente ácidos, de secos a húmedos. La podemos encontrar en los pinares que hay entre las coladas de lava, fisuras de acantilados, laderas rocosas musgosas, antiguas terrazas de cultivos abandonados…

Un grupo numeroso de habenaria tridactylites en uno de sus hábitats.
Nuestra socia Cristina Fenoll fotografiando la habenaria en su hábitat natural en la isla de La Palma

Es una planta con un desarrollo muy rápido que podemos observar en flor desde finales de noviembre hasta febrero dependiendo de su localización. Después de su floración pierde las hojas y se conserva bajo tierra un pseudobulbo del que brotarán las hojas de la planta en la siguiente temporada.

Puede reproducirse por semillas y también de forma vegetativa generando más de un bulbo bajo tierra, por lo que a veces la podemos encontrar formando matas de varios ejemplares muy juntos.

Las flores se disponen en una inflorescencia vertical que crece del centro de las hojas. Son de color verde amarillento, con el labelo dividido en tres lóbulos. La flor también tiene un espolón dónde se recoge el néctar. El sépalo superior forma un casco con los pétalos. Tiene un ligero olor a vainilla, perceptible sobre todo al medio día.

No se tiene mucha información sobre sus polinizadores, probablemente mariposas nocturnas que puedan acceder con su espiritrompa al néctar que se encuentra en el fondo del espolón de las flores.

Sin duda, se trata de una joya que debemos preservar y cuidar.

Recuerda que las orquídeas silvestres son especies protegidas y que debemos respetar y cuidar sus entornos. En definitiva, debemos disfrutar de ellas con cuidado y responsabilidad.

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